El cielo lucía gris, se avecinaba tormenta. Tan gris que ni siquiera se podía adivinar ni una pizca de su original azul celeste. Se podía distinguir en el horizonte, que no muy lejos de allí había comenzado a llover. Podía apreciar como el agua avanzaba hacía mi, incluso pude saborear el olor a tierra mojada, como si realmente estuviera allí , bajo la lluvia. Las hojas a mi alrededor, produjeron un leve chasquido. El sonido de las primeras gotas de lluvia sobre ellas, el sonido del agua cayendo sobre los caminos, dejando surcos en la arena tras su paso.
domingo, 22 de abril de 2012
EPOII va cogiendo forma
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