jueves, 11 de octubre de 2012

Stairway to Heaven


Aporreando las puertas de la escalera que lleva al cielo. Tan cerca y a la vez tan lejos. Casi alcanzable con la mano, casi palpable.
Había pasado tantas veces, tantas risas que se convierten en lágrimas, tantas historias sencillas que se truncan por el camino.
Sentir la felicidad tan cerca, las sonrisas ligeras, no forzadas, aunque muchas veces robadas. Las mariposas en el estomago, los sentimientos extraños, incomprensibles  y dudosos. Plantearte algo mejor, aunque no fuera nada. Esa simple sensación, ese pequeño momento, como el eco del destello de luz con el que brilla una estrella. Como la luminosidad de una sonrisa, ese momento que te arranca un brillo especial en la mirada, ese momento que recuerdas y sonríes, ese instante del que puedes exprimir un recuerdo durante un largo tiempo para usarlo como una excusa para no pensar en la realidad. La realidad que a veces nos golpea tan fuerte como en un combate, un casi "K.O"  técnico sin derecho a revancha.
No quiero revancha, no quiero un combate, tal vez ni siquiera quiera algo mejor, porque tal vez no lo merezca.
Pero creo que tampoco merezco lo contrario.



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