Tiempo, distancia, recuerdos y olvido. Y al final, nada de eso sirve, nada , porque solo un simple segundo sirve para desmontar todo el esfuerzo por dejar de sentir.
Tanto tiempo intentando no sentir, creyendo que realmente lo había conseguido. Y te das cuenta de que no ha servido de nada, nada sirve, cuando empiezas a preocuparte porque alguien sea feliz, por la felicidad de alguien. Ese momento, ese preciso momento, donde comprendes que sientes algo por otra persona, algo que no quieres sentir.