martes, 27 de septiembre de 2011

Ultimo resquicio de mi cordura

- es increíble la facilidad que tenéis los tíos para mentir y jugar con los sentimientos de las personas-
- porque no puedes creerme?-
- porque ya he estado demasiadas veces en este punto. Y si te creo y sigues así corro el riesgo de enamorarme de ti y si todo cambia... preferiría no haberlo hecho nunca-
- te he dicho que me gustas, que quiero verte.Me he arriesgado a besarte, podías haberme rechazado. Qué más quieres?-
- que sigas ahí... y se que no lo vas a hacer- intento acercarse a mi, abrazarme, pero no podía permitírselo. Sabia que si me abrazaba toda mi fuerza se convertiría en fragilidad- No quiero necesitarte y que no estés, seria demasiado raro-
- ya te dije que era raruno-
- y yo demasiado sentimental...supongo-
- entonces?-
- necesito tiempo. Tiempo para descartar la idea de que me has mentido desde el minuto cero-
- debería ofenderme la idea de que no confíes en mi-
- tienes todo el derecho, no pienso impedírtelo-
- qué mas tengo que decir para que me creas?-
- las palabras ya no sirven, es demasiado fácil disfrazarlas, adornarlas... Necesito sentirlo. Supongo que esto no es cuestión de fe-
- alguna vez la has tenido en nosotros?-
- no puedo seguir soñando despierta-
- Por qué no?-
- porqué no puedo enamorarme de ti-
- no voy a volver a preguntar porque, aunque lo desee. Tienes demasiado miedo para confiar en alguien, incluso en mi-
- cuando confias en alguien, le das la llave de una parte de tu vida, y eso te vuelve vulnerable. No quiero, ni puedo volver a sentirme asi, acabaria con lo último que queda de mi cordura-

2 comentarios:

  1. Probablemente un diálogo similar habrá vivido muchísima gente, es un error recurrete y casi inevitable, el hecho de confiar, de esperar de alguien algo, puede que instigados por el amor u otro sentimiento, que no es capaz de darnos, incluso si él cree que puede. Por eso no hay que "regalar" nuestra confianza y anhelos porque son bienes que pueden volverse en nuestra contra, y hacer daño, un daño que esa otra persona probablemente no pueda subsanar -o sanar-.

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  2. Santi... sin palabras me has dejado...

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